Comiendo bien
Siempre me ha gustado comer. Cuando tenía veinte años mis amigos se reían de mí porque me encantaba comer y siempre sonaba cuando comía, mmmmm, qué rico, relamiéndose los labios, comía con mucho gusto.
Luego, cuando me casé, mi esposo me decía: “haces demasiado ruido cuando comes”. Le gustaban las apariencias y aprendí a comer con la boca cerrada ya no hacer demasiado ruido.
Ahora sigo disfrutando mucho de comer y estoy en algún lugar en el medio con mi entusiasmo exterior.
Siempre me ha gustado la comida sana, las frutas y verduras frescas y todo lo que se haga con buenas intenciones. Uno de los ingredientes más importantes de cualquier alimento es el amor y el cuidado que se le ha puesto.
La comida hecha con amor lleva una energía especial. La comida es energía, todo vibra aquí en la tierra y la comida no es diferente. Entonces, cuando se prepara con buena energía, quienes lo comen reciben las vibraciones curativas junto con los nutrientes de la comida.
Morder algo delicioso es una experiencia tan sensual. La temperatura, la textura, el sabor, seco o jugoso, hay tantas variaciones interesantes. Algunos alimentos se derriten en la boca, otros crujen, algunos hacen ambas cosas. La comida nunca es igual, hay tantas formas de preparar los mismos ingredientes, es un taller creativo.
De hecho, tiendo a hacer algunas de las mismas cosas una y otra vez, pero siempre las mezclo según lo que tengo en el refrigerador o lo que está en temporada en el mercado.
También tiendo a compartir recetas con amigos y constantemente estoy aprendiendo alguna nueva forma de preparar algo que podría volverse repetitivo.
Así que aquí hay una nueva receta que acabo de aprender:
Pan de trigo sarraceno sin gluten
combinar juntos:
500 gramos de trigo sarraceno (remojado durante la noche en agua)
después de remojar escurrir y enjuagar el trigo sarraceno
200 ml de agua
½ cucharadita de sal
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
½ cucharadita de ácido málico
½ cucharadita de ácido tartárico
Mezclar con una batidora manual u otro tipo de procesador de alimentos hasta que todo esté suave.
Luego para la versión Pan de semillas:
Agregar a cada uno un puñado de semillas de chía, calabaza y girasol. También puedes usar otras semillas si quieres.
O podrías agregar nueces y pasas en su lugar, lo que también hace un pan increíble.
Sé creativo e intenta mezclar también otros ingredientes, otras frutas o nueces.
Ponlo en una fuente para hornear bien engrasada, hornea a 350 grados durante una hora.
Enfría, rebana y agrega tu cobertura favorita❤
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